21.8.07

El tiempo como moneda de cambio

El siguiente, es una excelente nota que nos hizo Rosario Atala, alumna de la Escuela de Periodismo de la Universidad Católica.



Pontificia Universidad Católica de Chile
Facultad de Comunicaciones
Escuela de Periodismo
Taller de Información III




Nueva forma de trueque solidario entre vecinos:

El tiempo como moneda de cambio
Tienen agente, ejecutivos de cuenta y hasta chequera. Depositan y cobran como lo hace cualquier persona en un banco; pero tienen una gran particularidad: en el Banco del Tiempo todos los bienes valen lo mismo ya que aquí no se transa dinero sino favores.
Nombre: Rosario Atala
Profesor: Patricio Corvalán
Fecha: 17 de agosto de 2007



Que los vecinos de la villa Las Torres 3 de Peñalolén, llamaran a Evelyn Carrasco para decirle que debía organizar y animar la fiesta del día del niño no era una novedad. Así lo hizo. Ella, junto a sus vecinas, se hizo cargo de la organización y la música de la fiesta. Lo peculiar fue la forma en que le pagaron a Evelyn: con cheques tiempo, que pertenecían al Banco del Tiempo

Sí, leyó bien. En el Banco del Tiempo no se paga con plata contante y sonante, como se hace en el resto de los bancos del mundo, aquí el tiempo es la moneda de cambio. El Banco del Tiempo es un intermediario entre vecinos, así, a través del intercambio de servicios y capacidades, se ayudan mutuamente a enfrentar los problemas y dificultades de todos los días.

Chile es el primer país en Sudamérica que tiene sucursales de este singular banco y la responsable de aquello es Cívica, una organización no gubernamental (ONG) que busca crear políticas públicas creativas destinadas al fortalecimiento y participación de la sociedad civil.

¿Por qué en Chile?

Para el abogado Mauricio Dorfman, presidente de Cívica, “Chile es un país que está al borde del desarrollo, pero hay una pata coja y es que este desarrollo no es sustentable en el tiempo y eso es porque la sociedad civil no está organizada y articulada. Nosotros creemos que los Bancos del Tiempo ayudan a que esto se realice”. Aunque esta idea es nueva para los chilenos, en países como España, Inglaterra y Estados Unidos lleva más de 30 años implementándose (ver recuadro).

Más de dos años tuvo que trabajar el directorio de Cívica para poder hacer realidad el Banco del Tiempo. Comenzaron viendo los modelos internacionales y así eligieron la ciudad española de Barcelona como ejemplo ya que su realidad era la que más se parecía a la chilena. Así empezó la tarea de adecuar el proyecto y comenzar a ver las comunas donde podrían estar las sucursales. En junio pasado, Cívica, junto a la municipalidad y los vecinos, cortó la cinta e inauguró las dos sucursales que están funcionando en Santiago, una en Las Torres 3 y la otra en la villa Santa María, ambas en la comuna de Peñalolén


Una hora= un peso

En términos prácticos, el Banco del Tiempo funciona igual que un banco normal: tiene sucursales, un agente, ejecutivos de cuenta, captadores y por supuesto, clientes. Los vecinos –potenciales clientes- deben acercarse a una sucursal del Banco del Tiempo, donde en una pequeña entrevista ellos dicen qué es lo que desean poner a disposición –depositar- del Banco del tiempo, cuántas horas, qué días y en qué horario. En ese momento, se le entrega su chequera tiempo. Finalmente, el cliente debe firmar una carta de compromiso y así el vecino ya es un cuenta correntista del Banco del tiempo. Ir a pagar cuentas, voluntarios para hacer colectas, poner amplificación, hacer reparaciones de todo tipo, pero principalmente trabajo comunitario, son los bienes que se intercambian con mayor frecuencia

“Nosotros buscamos que la gente se organice y sea actora de sus propias inquietudes, de esta manera, el banco del tiempo es un intermediario” afirma Mauricio Dorfman, presidente de Cívica. Así es, para celebrar el día del niño, los vecinos de Las Torres 3 en Peñalolén llamaron a Evelyn Carrasco -que había ofrecido organización de fiestas y juegos infantiles-, para que ella, junto a otras vecinas, se hiciera cargo de la fiesta. “Me pagaron con cheques tiempo, uno por cada hora que yo trabajé. Esos cheques yo los puedo depositar o cobrar en la sucursal. Casi siempre los cobro por horas de Internet para mis hijos”, cuenta Evelyn.

“Es como ser el gerente, pero sin plata”
Cristián Cancino es el presidente de la junta de vecinos de Las Torres 3 hace nueve años. Como cualquier santiaguino trabaja ocho horas diarias, sin embargo, en su día aún le queda espacio para cumplir un rol muy importante: ser el agente de una de las sucursales del Banco del tiempo. “Yo tengo que preocuparme de que cumplan el pre acuerdo que ellos firmaron, que no abusen de las horas que han depositado y que motiven a otros vecinos a participar, es como ser el gerente, pero sin plata”, cuenta Cristián.

Otra de las tareas de Cristián es idear nuevas cosas para la comunidad. Una de ellas fue premiar a los mejores cuenta correntistas del banco con regalos que son donados por diferentes instituciones. Recientemente fueron a ver el espectáculo de Disney on Ice y a fin de año, planean ir a la playa, todo esto con cero costo para los vecinos.


Peñalolén…los elegidos

Después de analizar varias comunas de Santiago como posibles sedes, la gente de Cívica se decidió por Peñalolén. “Es una comuna muy heterogénea, hay liderazgo, tiene historia, por eso la elegimos”, cuenta Mauricio Dorfman, presidente de Cívica. Como presidente de la junta de vecinos, Cristián Cancino también fue parte del proceso de selección para que su comunidad tuviera una sucursal del Banco del Tiempo, “la gente de Cívica y la municipalidad se contactaron con nosotros. Ahí tuvimos que hacer una presentación para postular a ser sede de este banco. Primero hicimos un puerta a puerta y como había apoyo lo tomamos como un desafío”, recuerda Cristián.

Otro de los puntos claves para que Cívica eligiera a Peñalolén como sede del Banco del Tiempo fue el gran apoyo que recibieron del gobierno local de esa comuna. “La municipalidad de Peñalolén y el alcalde Claudio Orrego es súper receptivo de este tipo de proyectos innovadores, hicimos una alianza donde nosotros ponemos la asesoría, ejecutamos el proyecto, capacitamos y ellos ponen los recursos”, cuenta Mauricio Dorfman.

Aunque el Banco del Tiempo no transe dinero, éste es un bien necesario para la ejecución del proyecto. Así, con los aportes de la municipalidad de Peñalolén se puede pagar el teléfono, comprar computadores y tener Internet. “Nosotros queríamos llegar con un proyecto bueno, pero además mantener un estándar internacional, es por eso que las chequeras que se les entregan a los cuenta correntistas son de un buen papel, de buena calidad”, explica Dorfman.


Qué se viene

Las dos sucursales del Banco del tiempo que hay en Chile, por ahora sólo funcionan para los vecinos de esas comunidades, ya que por el diseño del proyecto, la idea es que las distancias a recorrer por los cuenta correntistas para intercambiar favores no sean mayores a 500 metros. Sin embargo, se espera que esto no sea por mucho tiempo ya que en el futuro, cuando se instalen más sucursales en otras comunas, se quiere crear una red para que así la gente de Peñalolén pueda intercambiar favores con los usuarios de otros lugares.

Hasta ahora el proyecto ha funcionado muy bien, las cifras hablan solas. La media internacional de cuenta correntistas que se inscriben en un proyecto es alrededor de 80 personas. En Chile en cada sucursal ya hay más de 90 inscritos. Lo mismo ocurre con la participación, en Europa el promedio por sucursal es de seis favores mensuales y en el país se transan entre 20 y 30 favores en el mismo periodo de tiempo.

Para la gente de Cívica hasta ahora no ha habido críticas y, según ellos, esto se debe a que estar dentro del Banco del Tiempo es una decisión que no está mediada por nadie más que ellos mismos. Mauricio Dorfman dice que siempre están atentos a cómo pueden mejorar cosas como la infraestructura y los recursos, pero para él la clave del buen funcionamiento es que esto “no viene de la autoridad, no es algo impuesto, sino que surge de los ciudadanos, son ellos los que toman el proyecto y lo hacen suyo y funciona si ellos quieren que funcione, si no, no”.


Un poco de historia…

La idea de una hora= un dólar fue una ocurrencia de Edgar Cahn, un abogado estadounidense dedicado a los derechos humanos. En la década de los 80 y en plena guerra fría, el gobierno de los Estados Unidos decide quitarle los recursos a las instituciones sociales para seguir financiando la guerra. En ese momento Edgar Cahn plantea la idea de los time dollars y los Bancos del Tiempo, pero su concepto no tiene ningún éxito.

Decide irse a Inglaterra, donde perfecciona la idea y crea una filosofía económica detrás de los Bancos del Tiempo: comienza a hablar de la coproducción. Según Cahn, el libre mercado no sería posible si las cadenas de ayuda comunitaria que los seres humanos tienen. Por ejemplo, si una pareja quiere salir y no tiene con quien dejar a sus hijos, le pide por favor a un familiar que se los cuide, a eso es lo que él llama coproducción.

Con esa filosofía ya formada, Edgar Cahn vuelve a presentar la idea en Estados Unidos, ésta es aceptada y ahí comienza a expandir los Bancos del Tiempo a 48 estados de ese país. En 1992 llega a Italia y en 1998 a España. Actualmente Japón, Inglaterra, Escocia, Canadá, Portugal y Chile tienen sucursales del banco del tiempo.


Fuentes

Mauricio Dorfman, presidente del directorio de Cívica, fono: 4319121
Cristián Cancino, agente de la sucursal del Banco del Tiempo de Las Torres 3 en Peñalolén, fono: 9-8976143
Evelyn Carrasco, vecina de Las Torres 3, fono: 2848475

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